El problema es la falta de eficiencia del mercado laboral

El título que encabeza esta entrada es una frase muy escuchada desde hace un par de años. La frase «El problema es la falta de eficiencia del mercado laboral» se ha repetido con cierta frecuencia para justificar los ERE y las rebajas de facto del sueldo de los trabajadores; pero siendo sincero no creo que sea cierta.

Sí, es cierto que si rebajamos el sueldo de los trabajadores tendremos una ventaja competitiva frente a otros países (que también se enfrentan a sus crisis) o en otros mercados: hagamos un ejercicio mental y llevemos el caso al extremo. Los patronos dan trabajo a cambio de techo y comida. En este caso los márgenes de producción serían escandalosamente altos, lo que permitiría a las empresas acceder a un mercado con una capacidad negociadora impresionante, digna del mejor sueño húmedo de cualquier director comercial. Pero tiene más de un defecto. Desde un punto de vista social, rompe el mercado laboral en dos: por un lado los cuencoarrocistas que trabajan por un cuenco de arroz y por el otro los privilegiados, con estudios y contactos. Los primeros siempre serán la clase baja y los segundos la clase alta; además, existiría una clase-muy-alta, formada por las familias de los pensadores del sistema, … ¿les suena esta descripción? sí, es la China de los 90 o la India actual.

En esa sociedad imaginaria los parias nunca tendrían acceso a cobertura pública, sus estudios no serían estratégicos para la sociedad, siempre serían tildados de delincuentes o holgazanes por las clases superiores «por sólo servir para eso«, la posibilidad de ser feliz – objetivo principal del ser humano desde mi punto de vista – sería simplemente imposible. Su único fin sería servir a su patrón, que dispondría de él o ella libremente, bajo la amenaza de «si tu no quieres hay más» … hace poco vi una película que describía esta situación, su nombre: 12 años de esclavitud.

Nos estamos dirigiendo hacia una sociedad parecida a la que he descrito, pero las dinámicas sociales no van a permitir que la alcancemos, si bien podremos encontrar ahora mismo focos de pobreza que nos recordarán esta descripción. Las dinámicas sociales escriben la Historia y son el resultado de las políticas económicas y sociales a medio y largo plazo. Son las causantes de que tú estés leyendo esto y yo escribiéndolo. A veces estas dinámicas, a lo largo del tiempo, se han manifestado como rebeliones o manifestaciones violentas, o incluso guerras. Otras veces, las más, han pasado desapercibidas como enmiendas, traiciones individuales o sentencias; pero están ahí, resultado de la presión que ejerce el paso del tiempo sobre las sociedades.

Pero me estoy desviando del tema. Retomo algo del primer párrafo: no creo que la falta de eficiencia del país sea resultado de la falta de eficiencia de su mercado laboral, creo que la falta de eficiencia de esta sociedad es debida a la escala media y superior de los que dirigen, esto es, estamos dirigidos por incompetentes.

En cualquier organización compleja, los que toman las decisiones son quienes tienen la responsabilidad de estudiar el contexto, obrar generando planes y hacerlos cumplir, y finalmente medir los resultados para volver al inicio, es un bucle sin fin. Esta es la responsabilidad de la dirección media y superior de una organización. Ahora, nos podemos preguntar ¿donde ha fallado el mercado español? ¿ha sido en su mano de obra? definitivamente no. La mano de obra de este país, si bien no es la mejor, es eficiente en términos relativos comparado con la mano de obra de otros países que compiten con nosotros. ¿donde hemos fallado? resulta evidente, viendo como se fraguo la crisis que los errores fueron políticos, macro-económicos y ejecutivos, esto es: alguien se equivocó al tomar decisiones en 1999 sobre la forma sacar al mercado las tierras, en el 2004 al no reconocer que existía una burbuja hinchándose, al permitir que cajas de ahorro se convirtieran de facto en bancos y que intervinieran en mercados financiaron muy lejos de sus competencias, que seres humanos singulares sin preparación dirigieran entidades tan grandes y con tanta responsabilidad, que quienes debieran haber vigilado el patio fuesen cargos a dedo ciegos y sordos desde el punto de vista de su trabajo,  que las decisiones políticas y económicas en el 2006 y 2007 fuesen las adecuadas para perpetuar unos privilegios, que se permitiese que unas entidades de ahorro emitieran y vendieran papeles sin valor a bebés y jubilados indefensos y, finalmente, ahora, que quien debiera engrasar la justicia que sancionara todo esto fuera precisamente miembro de aquellos que se enriquecieron con ello.

¿Sigues pensando que es el mercado laboral el que es poco eficiente?

 

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